viernes, 6 de mayo de 2011

‘Water for Elephants’, mustia y verdulera


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Vamos por partes, porque Water for Elephants es una película tan disgregada que sólo puede analizarse a pedacitos. El trozo central es el triángulo donde los apáticos amantes van cada uno por su lado, como si el guionista Richard LaGravenese y el director Francis Lawrence hubiesen olvidado ligarlos carnalmente. Dan la impresión de haber coincidido por obligación contractual en el imperativo estudio.
Robert Pattinson es ídolo de quiceañeras por la vacua/vampiresca serie Twilight. Tan bien parecido como mal organizado, fotografían su perfecto perfil usualmente de lado. Y es así que aborda el papel artificial de Jacob, cuyos padres murieron en un accidente antes de que él terminara sus cursos de veterinario en la Universidad de Cornell.
Corre el terrible año 1931 de la Gran Depresión y el joven vagabundea en trenes hasta que lo solicita un circo para diagnosticar tendinitis en un bello caballo blanco, condenado a morir apenas iniciado el moribundo argumento.
La amazona estelar del equino es Marlena (Reese Witherspoon) , casada con August (Christoph Waltz), sádico dueño del trashumante, empobrecido circo. Marlena se siente atraída al cuasi-catatónico Jacob, en secuencias de nula carnalidad. Así y todo bastan para provocar los celos del marido, regalándole al efectivo Waltz la única actuación convulsiva de un filme inerte.
A falta de rivalidad humana, el estrellato le corresponde a la elefante Rosie, frecuentemente apaleada por el sádico August. El paquidermo acarrea a la Witherspoon en maniobras obviamente ejecutadas por su doble. Ocurre asalto a un bar ilegal en época de Prohibición y luego fuga de los enrejados animales, pero sólo hay torpe barullo en las malísimas escenas de       acción.
Lo anterior va narrado en interminable flashback, donde el octogenario Jacob (Hal Holbrook) cuenta las peripecias de Pattinson a los 20 y pico, años después del fallecimiento de August y Marlena. Del destino de la carpa ambulante, mejor ni comentar por respeto a DeMille, Chaplin, Keaton y otros circenses de mejor ocasión.
Water for Elephants encabezó durante temporadas las listas de bestsellers. El fatigado público aplaude un poquito al final, quizás felicitándose por haber aguantado dos insomnes horas sin caer en los brazos de Morfeo.
Ni por curiosidad dan ganas de leer la popular novela, aunque sin duda alguna debe ser más fresca y crepitante que esta mustia y verdulera versión.•

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